
“Ahora que empiezan las temperaturas a elevarse, debemos tener precaución y estar bien hidratados para evitar los problemas relacionados con el calor, con especial hincapié en las edades extremas de la vida (los niños y los ancianos). Aunque es preciso beber agua durante todo el año, en verano, con el aumento de la temperatura, perdemos mayor cantidad de líquidos corporales, por lo que es necesario reponerlos bebiendo más agua, u otro tipo de líquidos o alimentos ricos en agua.
El agua forma parte de la composición del cuerpo humano y es imprescindible para el correcto desarrollo de numerosas funciones vitales; El agua interviene en el transporte de los nutrientes a las células y facilita la digestión, ayuda a regular la temperatura corporal, y contribuye a mantener la salud y el buen aspecto de la piel. Si están correctamente hidratados, todos los órganos de nuestro cuerpo (riñón, hígado, corazón, estómago, piel…) funcionan mejor. Además, se orina frecuentemente, lo que favorece la eliminación de toxinas, se reducen las posibilidades de sufrir infecciones urinarias, y de que se formen arenillas o cálculos en el riñón. Igualmente, se favorece la motilidad intestinal, previniendo el estreñimiento.
Los seres humanos necesitamos alrededor de dos litros y medio de agua cada día para mantener hidratado el organismo y compensar la pérdida de líquidos que se produce al realizar las diversas funciones corporales: orina, respiración, sudoración y heces. En caso de practicar deporte o realizar algún otro esfuerzo físico, o si hace mucho calor o nos exponemos al sol, debemos aumentar la ingesta de líquidos.
Aunque la sensación de sed es la que nos empuja a ingerir líquidos, no es aconsejable esperar a tener sed para beber. Sin embargo, lo habitual es ingerir poca cantidad de líquidos y beber sólo si se tiene sed, algo que, sobre todo en verano, no es recomendable, pudiendo padecer deshidrataciones en esta época por dicho motivo.
Para mantener una correcta hidratación, sólo tienes que seguir unos sencillos consejos:
•Bebe entre dos y tres litros de líquido repartidos a lo largo del día.
•Si no eres muy aficionado a beber agua, puedes combinar los tipos de líquido: zumos, caldos, batidos, refrescos, infusiones, etc.
•Es importante que no pases mucho tiempo sin beber, sobre todo si vas a estar al aire libre y expuesto al sol, así que si piensas pasar toda la mañana haciendo deporte, en la playa, trabajando al sol (esto sí que es importante para evitar los golpes de calor) lo mejor es que lleves una pequeña nevera portátil con agua y refrescos.
•Vigila que los niños tomen suficientes líquidos; cuando están enfrascados en sus juegos, o se lo están pasando bomba en el agua, suelen olvidarse de todo.
•Evita salir en las horas de máximo calor.
•Limita la ingesta de bebidas con contenido alcohólico porque el alcohol tiene un efecto deshidratante. La cerveza puedes tomarla sin alcohol, y rebajar la sangría y el ‘tinto de verano’ añadiéndoles bastante hielo. En cualquier caso, no sustituyas el agua, los zumos y los refrescos por este tipo de bebidas aunque te atraiga más su sabor.
Y haz una vida saludable en general, para que tu salud no se resienta en verano”
Dr. Juan Javier Márquez Cabeza
Medicina Familiar y Comunitaria
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